Un aficionado que siempre vaya acompañado por su bote suele ir haciendo firmas por cada esquina, y es por ello que se pueden apreciar tantas.
Mucha gente opina que una firma es vandalismo, más que nada porque no le parece bonito, solo son letras que ensucian la pared. Sin embargo, para un graffitero es mucho más, es su manera de plasmar su estilo de una manera simple y fácil, y más importante aún, gracias a las firmas se van haciendo conocidos en el mundillo de los botes y los esprays.
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